Cuando toma carta de naturaleza un tópico, luego no hay
manera de desmontarlo. Pero aún: se repite, continúa propagándose y engorda
hasta que el tópico inventado sustituye por completo a la realidad cierta.
Sobre el nombre de Cuenca recaen
dos sucesos de singular importancia, hondo dramatismo y engolfado atractivo
popular: el crimen sucedido en Albalate de las Nogueras en 1893 y conocido
desde su mismo origen como el crimen de Cuenca y el error judicial acaecido en
el juzgado de Belmonte a partir de un presunto asesinato en Osa de la Vega, en
1910.
Durante varias décadas no hubo
ningún problema en diferenciar ambos sucesos, cada uno con su peculiar
dramatismo y singulares circunstancias. Hasta que llegó Pilar Miró y, en
colaboración con la escritora Lola Salvador pergeñaron en 1979 el guión de una
película que titularon El crimen de
Cuenca. Excelente película, todo hay que decirlo, porque una cosa no tiene
que ver con la otra. Pero esa película, titulada así, no escenificaba en
realidad el auténtico crimen de Cuenca, sino el error judicial de Osa de la
Vega y de esa manera, al mezclar y confundir ambos sucesos, el público en
general, que no tiene tiempo de andar entretenido en matices, cambió de
inmediato una cosa por otra y de la manera más sencilla ahora todo el mundo
considera que el crimen de Cuenca sucedió en Osa de la Vega. Y así ocurrirá, al
menos, hasta que a alguien se le ocurra hacer una película para reproducir el
auténtico crimen, el de Albalate de las Nogueras.
Abundando en el error y
aprovechándose de la fama del título cinematográfico, acaba de aparecer un
libro titulado Juan José de Jáuregui y Mendoza,
forense del crimen de Cuenca (1882-1938), escrito por su nieto, Nicolás
Pérez-Serrano Jáuregui, que ha utilizado la amplia documentación conservada por
su antepasado para volver a rehacer el famoso suceso de Osa de la Vega, al que,
para contribuir acrecentando el error, vuelve a llamar el crimen de Cuenca,
latiguillo que, a lo que parece, no va a poder ser superado nunca más.
Al hilo de
este asunto añadiré algo más. Si alguien tiene curiosidad por intentar
encontrar la verdad en Wikipedi, hallará dentro del apartado dedicado al crimen
de Cuenca la curiosa nota de que “sobre estos hechos auténtico, el escritor
Alicio Garcitoral, gobernador civil de Cuenca cuando ocurrieron, escribió su
novela social El crimen de Cuenca (1932)”
temeraria afirmación que viene a confirmar lo ya conocido: en ese almacén de
errores y disparates que es Wikipedia cabe cualquier cosa. Aquí hay dos: Alicio
Garcitoral no era gobernador civil de Cuenca cuando ocurrieron los hechos
(1910) sino veinte años más tarde (1931) y su novela (que el autor de la nota,
evidentemente, no ha leído), no va sobre el crimen sino sobre la situación
política de Cuenca en el inicio de la República.
Cosas que
pasan y tonterías que se dicen.