jueves, 15 de octubre de 2015

EL ZARANDEADO PUENTE DE SAN ANTÓN



         Sobre el llamado inicialmente y durante siglos puente del Canto, Mateo López nos dejó una descripción tópica y repetida: "Sobre el río Xúcar está el antiquísimo y nombrado de San Antón, que ya existía cuando se ganó Cuenca a los moros, como consta de concesiones del rey don Alonso el VIII y otras memorias después de dicha conquista; se compone de dos grandes ojos de la misma cantería". Pues parece verdad indiscutible que el puente fue obra islámica que los cristianos asumieron, en contra de la habitual costumbre de destruirlo, que es lo que solía hacerse con tales obras públicas. De esa manera, el puente de San Antón debe ser la construcción más antigua de cuantas hay en Cuenca y por eso mismo, por su vejez, es también la más zarandeada, de manera que no sale de una cuando ya se está metiendo en otra.
         Ahora mismo, sin ir más lejos, le están haciendo no se qué para ensanchar las aceras y de paso elevarlas con la intención de facilitar las salidas del agua corriente. Si miramos hacia atrás, hay un largo rosario de intervenciones en este hermoso rincón conquense, siempre con el pretexto o la ilusión de mejorar el entorno y conservar la pasarela en las mejores condiciones posibles. Recuerdo que entre los planes utópicos que con harta frecuencia manejan por aquí los responsables de la cosa pública surgió no hace todavía mucho, esto es, en nuestro tiempo, la idea de trazar un desvío alternativo que sirviera, de un lado, para otorgar comodidad al tráfico y de otro proteger las estructuras del puente de San Antón y por eso se construyó uno nuevo, que da entrada a la ciudad por la avenida de la República Argentina y se trazó también una carretera de circunvalación exterior. Maravilloso, nos dijimos. Así se libera el puente de ese tráfico incesante. Sólo que a continuación, los mismos políticos bienpensantes empezaron a llenar el paraje de institutos, colegios, almacenes, bloques de viviendas, hipermercados, el hospital, el cementerio y todo lo que sabemos con lo que en ningún momento se ahorró tráfico alguno, más bien se incrementó y así está.

         Pobre puente de San Antón, centenario, soporte del paso de millones de personas y coches a lo largo de los siglos, siempre zarandeado. Ahora, otra vez, en obras. Que sea para bien.

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