sábado, 9 de junio de 2018

ANTONIO MORAL, EN CANDELERO



Antonio Moral está de moda estos días, aunque los medios de información de Cuenca (los impresos y los digitales) no se enteren o no se quieran enterar. Nacido en Puebla de Almenara (1956), Antonio Moral es todavía, y ya solo por unos pocos meses, hasta septiembre, director del Centro Nacional de Difusión Musical, creado en 2010, que agrupa el Auditorio Nacional, el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, el Auditorio 400 del Museo Nacional Reina Sofía y el Centro de Músicas Históricas con sede en León. Y aunque esas son las sedes estables, desde ese organismo y bajo su dirección se han propiciado otras muchas actividades en distintas ciudades españoles, como Cuenca, donde no hace todavía mucho organizó un concierto de órgano en la catedral.
            Antonio Moral está de moda desde que el mes pasado anunció que dejaba el cargo, harto de pelear con Hacienda, a la que considera, como muchos otros, el mayor enemigo que tiene la Cultura en este país, por la sucesión inacabable de obstáculos, cortapisas y dificultades que, con el pretexto de garantizar la pureza y honradez del sector público (en el que, como todos sabemos, pasa lo que pasa y ahí están los tribunales trabajando a destajo) no hace más que poner inconvenientes para que la labor de un gestor cultural se pueda desarrollar con una razonable comodidad. Y eso que pasa en la Hacienda estatal, al más alto nivel, se transmite con idénticas condiciones a las otras haciendas, las locales, no menos entorpecedoras que las otras.
            Moral, que ha trabajado siempre en el sector privado, donde las circunstancias son otras, no se debía esperar que, como ha explicado, la mayor parte de su tiempo tuviera que dedicarlo a minucias administrativas enrevesadas, como le ha sucedido. Y eso, estoy seguro, no lo va a resolver el nuevo gobierno, por más que quisiera. Hay una estructura inamovible, que está por encima de las ideologías, los partidos y los gobiernos y Hacienda va a seguir Hacienda, cualquiera que sea el color de su antes ministro y ahora ministra.
            El protagonista de esta nota está ahora a la espera de una nueva ocupación que, sin duda, la encontrará de inmediato. Mientras, se pasea por todos los medios de comunicación que quieren oirlo, para ir explicando su experiencia y, de paso, emitir algunas enseñanzas sobre la Cultura y la Música en este país.

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