No son frecuentes las citas a cosas
de Cuenca en las páginas de las más importantes revistas que corren por los
quioscos. Estuve muchos años suscrito al más que prestigioso (y valioso) National Geographic y no recuerdo haber
encontrado nunca algún artículo o reportaje referido a algunas de las
cuestiones que tenemos por aquí y circulan, con mejor o peor suerte, por libros
y periódicos. Quizá es que no lo merecen, o quizá es que sobrevaloramos lo que
tenemos y eso no es así desde otra óptica.
Ahora sí, en las páginas del National, pero no en el básico sino en
la edición dedicada a Historia, aparece
una mención a uno de los aspectos más interesantes que últimamente corren por
aquí, el mosaico de la villa romana de Noheda. Lo firma un experto, el
responsable de la excavación que allí se está realizando, Miguel Ángel Valero
que, aunque sujeto al poco espacio que le han dejado (seis páginas solamente)
lo utiliza sabiamente para trazar un panorama muy eficaz de lo que allí hay,
con una aproximación histórica al origen y utilización del lugar y una
expresiva explicación del mosaico que, a través de estas palabras y de la
brillante ilustración gráfica que lo acompaña, adquiere ante nuestros ojos una
dimensión aún más importante y valiosa.
La información que nos proporciona
Valero es extraordinariamente útil y nos permite reconstruir un tiempo
brillante, ya ido, adormecido durante siglos y ahora felizmente recuperado. La
habitación principal de la villa, nos dice, que mide casi 300 metros cuadrados
y a la que se accedía por un espacio porticado, probablemente era el comedor,
“donde el rico propietario habría organizado sofisticados banquetes”. Es ahí
donde se encuentran los mosaicos, de tipo figurativo, casi todos de tema
mitológico, incluyendo una escena que reproduce una representación teatral.
“Por
numerosas razones –dice el arqueólogo comentarista- el mosaico de Noheda es excepcional y no se conoce en el territorio de
Hispania ningún otro pavimento figurativo con estas dimensiones. Además, en
todo el Imperio no se encuentran ejemplos de mosaicos con unas características
análogas a éste, es decir, que cuenten con su gran profusión iconográfica y con
una estructura tan compleja y variada. A todo esto se suma su excelente estado
de conservación”.
Y esta maravilla, situada a dos pasos de la
ciudad de Cuenca (18
kilómetros exactamente) ¿la podemos conocer, ver,
admirar? Pues no señor, porque la Junta de Comunidades, la Diputación y el
Ayuntamiento de Villar de Domingo García consideran que es mucho más útil
discutir si son galgos o podencos y mientras no se aclare tan ardua cuestión,
el yacimiento está cerrado a cal y canto, bloqueado, cubierto, invisible.
¿Algún día lo podremos ver? Al paso que vamos, ad calendas graecas. Y nunca
mejor dicho el latinajo que con este motivo.
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