domingo, 29 de abril de 2012

VUELTA A LA OSCURIDAD


        Sería interesante además de curioso saber cuántos conquenses han visto durante estos meses la exposición "Da Vinci, el genio" que ha estado en la sala del Canal Isabel II, al lado mismo de la madrileña plaza de Castilla. En los controles de acceso no se contabiliza ese dato y es una pena. Quienes han hecho esa visita se pueden considerar unos privilegiados: han visto con toda su luz y color los dos cuadros de Fernando Yáñez de la Almedina (discípulo de Leonardo) colgados allí con toda su brillantez, tras haber sido adecuadamente restaurados y limpiados por Luis Priego. Terminado el evento (que dicen los latinos) los cuadros volverán en unos días a su espacio natural, la capilla de Caballeros de la catedral de Cuenca y allí serán encerrados entre las sombras oscuras que son aditamento constante de ese, por otro lado, bello lugar. Encantador, simbólico, cargo de arte y escaso de luz. Y así, entre esas sombras, los colores brillante, el delicado trazo, el detallismo casi fotográfico con que Yáñez pintó La Piedad o La Adoración de los Reyes Magos se sumergirán entre las tinieblas que todo lo difuminan. Una pena. Y una alegría para quienes hemos tenido la suerte, la oportunidad y el acierto de verlos al natural, tal cuales son. Pues cualquiera sabe cuándo se produce otra como esta que ahora termina.

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