Tal día como hoy, 7 de mayo, pero del año 1529 se colocó la primera piedra del monasterio de Uclés, cuya construcción comenzó inmediatamente. La Orden de Santiago había situado su sede en la villa a finales del siglo XII, ocupando un espacio de predominante carácter militar, del que nada queda. El creciente poderío de
No se conocen bien todos los pasos de ese proceso, pero para llevarlo a
cabo hubo que realizar previamente una labor de destrucción de lo ya existente,
también por etapas (la iglesia románica, la casa del comendador, el hospital y
otras dependencias), hasta llegar al comienzo efectivo de las obras de
construcción del actual monasterio, siendo prior Pedro García de Almaguer.
Las
obras se iniciaron por la fachada oriental, y su época más dinámica coincide
con el reinado de Felipe II, que visitó el lugar en varias ocasiones, cuidando
los detalles de la construcción con el conocido espíritu puntilloso del monarca
quien, en su testamento, dispuso fuera al convento una reliquia del brazo del
apóstol Santiago que el rey poseía, voluntad que se cumplió en 1600, aunque hoy
tal resto humano se da por perdido.
A
lo largo del dilatado periodo de tiempo que ocuparon los trabajos, participaron
en ellos multitud de artífices, incluyendo un jovencísimo Andrés de Vandelvira.
La construcción fue iniciada por Francisco de Luna en 1529 y continuó bajo su
dirección hasta que murió en 1551, momento en que se interrumpen los trabajos,
que se reanudan con Gaspar de Vega al frente en 1567 hasta que muere en 1575;
durante esta época se construye la fachada oriental. Después de Vega se hace
cargo de la dirección el arquitecto Pedro de Tolosa, quien encuentra, a partir
de 1577, el estímulo del prior Diego Aponte de Ruiñones, muy interesado en
acelerar el proceso de una obra ciertamente lenta.
El cuarto
maestro de las obras (o arquitecto) es Diego de Alcántara, que las dirige entre
1583 y 1587 siempre bajo las directrices marcadas por sus antecesores. Pero el
grueso de la traza definitiva de lo que habría de ser el gran edificio
santiaguista corresponde al conquense Francisco de Mora, nombrado en 1587 y que
permaneció dirigiéndola 22 años, hasta 1609, periodo durante el que trazó y
desarrolló la fachada oeste. A Pedro de Ribera se le atribuye la espléndida
portada churrigueresca que sirve de acceso principal al monasterio. Buena parte
de la piedra empleada en la construcción procede del cercano yacimiento
hispano-romano de Segóbriga. Así lo delatan no sólo la estructura del material,
sino las inscripciones latinas que es posible encontrar en muchos de los
bloques.
Durante la
guerra civil, el edificio fue utilizado como cárcel y hospital; terminado el
conflicto, el monasterio se incorporó a la diócesis de Cuenca, que lo aprovechó para instalar el seminario menor
hasta que en el curso 2012-2013 se trasladó a Cuenca, incorporando esos
estudios a los del seminario de San Julián. De esa manera, el monasterio de
Uclés, monumento histórico-artístico nacional desde el año 1931, cumple
actualmente sólo una funcionalidad cultural y turística.
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