lunes, 23 de abril de 2018

SONIDOS DEL GABINETE DE MÚSICA ELECTROACÚSTICA


            En todas partes, y con notable abundancia en la ciudad de Cuenca, hay guadianas, temas, cuestiones, singularmente culturales, que nacen, crecen un tiempo, desaparecen y, mucho más tarde, reaparecen con aparentes nuevos entusiasmos, que sus impulsores consideran suficiente para poder conseguir una continuidad prolongada, propósito que, por lo general, se quiebra otra vez al poco tiempo. No es exactamente ese el caso del Gabinete de Música Electroacústica, pero se le parece bastante. La diferencia es que sus promotores, singularmente Julio Sanz Vázquez, no ha parado ni un solo momento de mantener activa la idea, o proyecto, o lo que a estas alturas sea el GME.
Nos lo vuelve a recordar este 23 de abril, en que se cumple el 35 aniversario del día en que nació una propuesta tan singular como insólita en el panorama de la música española, donde solo existía, hasta esos momentos, algo parecido, el estudio Phonos de Barcelona, de manera que el anuncio de lo que surgía en Cuenca produjo, de inmediato, una enorme expectación en un sector ciertamente minoritario y muy especializado, pero de considerable interés. El Gabinete nació ligado al Conservatorio Profesional de Música de la Diputación Provincial de Cuenca que dirigía en esos momentos Pablo López de Osaba, personaje sin duda inquieto por todo lo que fuera novedoso y con suficientes relaciones en el mundo de la música moderna (Cristóbal Halffter, Luis de Pablos, Gabriel Brncic) para que el invento encontrara rápido apoyo no solo teórico, sino práctico, para incorporar las nuevas tecnologías que estaban revolucionando la música.
Durante estos años, desde el GME se organizaron los primeros cursos especializados de mú­sica electroacústica en un Conservato­rio Profesional de Música de España, con duraciones de dos y cuatro años de especialización en Composición Elec­troacústica, así como conciertos men­suales en el Conservatorio, en el Teatro Auditorio de Cuenca, en co­legios, en edificios públicos y privados, y en distintos espacios disponibles de la ciudad de Cuenca. De este modo, la música electroacústica se convirtió en algo cotidiano para los estu­diantes del Conservatorio, y también comenzó a ser considerado como algo habitual por su cotidiana presencia en la actividad cultural conquense.
Todo eso se quebró un mal día de 1998 con una serie de decisiones encadenadas por parte de la Diputación provincial que llevaron finalmente a la cancelación total del GME y al empaquetado de todo su material.  Desde entonces, el último responsable de la actividad, Julio Sanz Vázquez, viene ejerciendo como auténtico vigilante de los restos del naufragio. a través de la Asociación AVADI (Audio Video Arte Digital Interactivo) fundada en 1986 por el propio Julio Sanz con Matías Jiménez, que viene promoviendo diversas iniciativas para mantener vivo el proyecto de una iniciativa que fue pionera en España y que sigue esperando el momento de su recuperación.
            En ese terreno hay que citar la publicación reciente del libro Las colecciones del GME. Pasado, presente, futuro, que vino a ser una recopilación de todo lo sucedido desde entonces y una reivindicación de las posibilidades futuras que podría ofrecer un proyecto cultural de dimensión local, pero proyección internacional. En su redacción han participado Sylvia Molina, Javier Osona, Julio Sanz Vázquez, Daniel del Saz y Antonio J. Alcázar, estando la edición a cargo de José Ramón Alcalá y Vicente Jarque. Lo ha editado la Universidad de Castilla-La Mancha.

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