Una vez más, y parece que van ya seis, la escultura dedicada
a Don Quijote, situada en un lateral del Centro Cultural Aguirre, ha sido
víctima de un ataque vandálico realizado el pasado fin de semana, naturalmente
por algún o algunos individuos incontrolados que no han sido identificados por
la inexistente vigilancia policial que deja en el más absoluto desamparo a las calles
de Cuenca.
La escultura, realizada por el herrero José Luis Martínez,
fue ubicada en este lugar en abril de 2015, para conmemorar el décimo
aniversario de la Biblioteca Municipal y coincidiendo con el centenario de la
edición del Quijote. En esta ocasión, el atentado, seguramente uno de los
festejos propios de las celebraciones del carnaval, ha consistido en arrancar
el brazo derecho de la figura junto con la lanza, que posteriormente fue
arrojada en los jardines de Diputación. El artista, naturalmente desengañado y
triste, se plantea si merece la pena volver a rehacer la figura, temeroso, como
es lógico, de que el destino que le espera sea el de la repetición de los
ataques. Porque, sencillamente, así están las cosas, en muchas partes del mundo
pero, desde luego, en la benemérita ciudad de Cuenca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario