viernes, 27 de abril de 2012

NUNCA ESTORBA UNA FLOR


        Los seres humanos tienen (tenemos) tendencia a copiar mucho de lo malo que nos rodea y como hay infinitos ejemplos en la mente de todos, no perderé tiempo (ni espacio aquí) para poner ejemplos. Prefiero ir directamente al grano, a señalar la bondad de las buenas copias. Lo hemos oido muchas veces, infinitas veces, todos los años: cómo los catalanes celebran el 23 de abril regalando a la vez un libro y una flor. Por estos lares de la severa austeridad castellana nos hemos resistido a admitir la bondad de semejante íntima y bellísima relación entre los pétalos florales y las hojas librescas, pero esa resistencia ya se ha vencido y en el muy reciente Día del Libro, feliz recuperado en la calle, aunque el señor del tiempo se empeñó en deslucirlo algo, convivieron también los puestos de flores y de libros. Que se sepa, ambos elementos no se estorban, en modo alguno, de manera que bien estuvieron ahí, conviviendo en la calle de San Esteban donde, ojalá, vuelvan también el año que viene, y el otro, y el otro...

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