viernes, 29 de junio de 2012

NO HAY TIEMPO PARA LEER


El 61,4% de los españoles se declara lector de libros. Eso en España. Si miramos un sector del territorio nacional llamado Castilla-La Mancha, el dato es otro: 51,5% que, como cualquier lector de estas líneas podrá observar, está muy lejos, nada menos que diez puntos, de aquella primera cifra inicial. Si tenemos en cuenta que Madrid ofrece un 70,2% la diferencia es ya abismal. Otro capítulo es el que se refiere a la compra de libros. En el año 2011 cada español compró una media de 9,6 libros, uno menos que en el año anterior, pero otra vez hay que matizar, porque en Castilla-La Mancha estamos donde estamos, o sea, a la cola, en el último puesto del ranking, con solo 7,2 libros por persona. De Cuenca no hablamos, porque la estadística, ofrecida por el Gremio de Libreros, habla solo de comunidades autónomas. Mejor, porque así nos ahorramos otro disgusto más cercano. ¿Y por qué no leemos más? El pretexto es el de siempre, el más socorrido, el más a mano: por falta de tiempo. El tiempo sí está disponible para otras cuestiones, como ir (o ver en el TV) fútbol: menudo ejemplo tenemos estos días con la Eurocopa, fenómeno que muchos seguimos sin por ello dejar de leer. Pero es tan cómodo buscar alguna excusa aparentemente razonable… Y no parece que los mecanismos inventados periódicamente, en forma de campañas publicitarias y otras parecidas consigan mejorar o invertir los datos. Todo está en la base -el arbolito, desde pequeñito- y ahí, en la familia y en la escuela, es donde se fabrican los futuros lectores. Quizá la próxima generación tenga más suerte.


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