domingo, 1 de julio de 2012

LAS PIEDRAS, SEGÚN MARÍN



Hace meses, muchos meses, abrió y cerró, todo en un pis-pas, el que entonces de llamó "Palacio de Otoño" y ahora reaparece como "El Balcón de la Plaza" que, al menos en el título, es menos pretencioso. Ahí está, en ese hermoso inmueble que, con entrada por la calle Pilares, tiene sus balcones delanteros mirando a la Plaza Mayor y los traseros a la Hoz del Júcar, por lo que, aparte su contenido, los atractivos iniciales están asegurados. También es agradable el paseo por el interior, restaurado con el buen gusto habitual que en estas cosas pone Arturo Ballesteros, de los pocos que quedan, si no el último, con conciencia arquitectónica de cómo fue esta ciudad y cómo debería ser conservada. Reabre pues este espacio expositivo, a caballo entre museo y galería (pues tiene venta directa de lo que se expone) y lo hace con una muestra del trabajo que viene realizando Vicente Marín (Cuenca, 1951), un escultor ya veterano, conocido a ciertos niveles por su esporádica aportación a la Semana Santa, pero que en realidad mantiene viva una vocación, alimentada desde niño, por el trabajo en la piedra. En 1972 ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, trabajando luego como aprendiz en los talleres de varios escultores, hasta vincularse al de su auténtico maestro, Juan Luis Básalo Parodi. Resumiendo, que esto no quiere ser un artículo biográfico, la piedra es, para Vicente Marín, su material preferido. Y a la piedra dedica esta exposición inicial en "El Balcón de la Plaza", con una colección de obras titulada, de manera muy expresiva "Piedras de Cuenca", pues de aquí, de distintos lugares de la provincia, procede de forma mayoritaria el material empleado. En esta, por ejemplo, que he elegido para ilustrar las palabras, utiliza piedra clara de Cueva del Hierro y oscura de Valdemeca. En estas obras queda de manifiesto cómo el escultor continúa su proceso de investigación de las formas y los materiales, siempre buscando la mayor limpieza y claridad en el resultado de las propuestas que ofrece al espectador. Aleccionador, y mucho, este paseo por el mundo creativo de Vicente Marín y por los encantadores recovecos que nos ofrece "El Balcón de la Plaza", cuya visita, por uno y otro motivo, recomiendo calurosamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario