sábado, 14 de julio de 2012

SÍ HAY OTRA MANERA

     Recuerdo perfectamente la primera vez que oí (era a través de la radio) una expresión que, desde entonces, me parece detestable: "Como no puede ser de otra manera". La decía, a través de las ondas y por medio de un micrófono, alguien que en ese momento ocupaba un destacado puesto público provincial (y que, muchos años después, sigue viviendo a costa de todos nosotros, aunque ahora en otro puesto, que así de intercambiables son estos desprendidos servidores del bien público). Desde entonces y hasta ahora, el infame latiguillo se repite por doquier, de unos a otros, hasta llegar a la última y repugnante expresión que padecemos estos días, en boca del señor Rajoy y sus corifeos, esos mismos que hace apenas unos meses iban a salvarnos a todos pues decían, y nos lo creímos en forma de votos, que tenían todas las  panaceas para los males acumulados por este país. Pues ahora van y dicen que no se puede hacer otra cosa, que es obligado continuar con lo que ya habían empezado los otros, pues no puede ser de otra manera. Toma imaginación al poder. Para este viaje no hacían falta alforjas de pollinos votantes. Por eso habría que clamar al cielo, a ver si allá arriba alguien nos oye, que sí, que todo se puede hacer de otra manera, que nada es obligado (ni siquiera por obedecer a Merkel). Sí pueden ser las cosas de otra manera. Aunque, claro, para eso habría que tener otro tipo de políticos y gestores y no la calamidad que nos ha caído encima, para desgracia nuestra.

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