La cita, este año, en Priego, gira en torno a la figura entrañable y cálida de Antonio Carvajal (Granada, 1943). La cita es poética, sobre poetas y poesía, como viene sucediendo cada mes de julio desde hace ya mucho tiempo, exactamente desde que comenzó este siglo por el que vamos navegando a trancas y barrancas. Y es en Priego, donde quedó situado el curso por iniciativa de Diego Jesús Jiménez, cuya sombra protectora y benéfica continúa flotando siempre sobre quienes se reúnen en el centro cultural que lleva su nombre.
Leer y
entender la Poesía es el título genérico que engloba las sesiones, a medias
científicas -conferencias, mesas redondas- y a medias en forma de vivencias
personales, de lecturas. Porque la Poesía, defienden algunos ilustrados, es el
género que más y mejor se presta a ser leída en voz alta y si es por sus
propios autores, mejor aún. Leer y entender (y oír) la Poesía de Antonio
Carvajal, como símbolo del título adjudicado al curso este año, “Poesía y
crítica del tardo-franquismo al siglo XXI” es el propósito que reunirá en
Priego los días 9 y 10 de julio a estudiosos, críticos, investigadores y
alumnos, atendiendo al llamamiento de la Universidad de Castilla-La Mancha en
el curso que codirigen Martín Muelas y Juan José Lanz.
Allí
estarán Antonio Chicharro Chamorro, Juan Ramón Torregrosa, José Cabrera Martos, en
la primera sesión, centrada, como es evidente, en la figura del poeta que sirve
de referencia al curso y que luego será objeto de una mesa redonda con participación
abierta de todos los asistentes, para culminar el día con una lectura comentada
de sus propios poemas.
En la
segunda jornada, la temática será de ámbito general, a partir de la propuesta
que figura ya recogida en el título del curso y se abrirá con una conferencia
de Manuel Rico, para seguir con otra de Luis Bagué Quílez y una mesa redonda
final, moderada por Ángel Luis Luján Atienza, que buscará una puesta en común
entre todos los reunidos, teniendo como eje conductor la mirada sobre lo que
sucedió en el terreno poético en ese espacio llamado aquí tardo-franquismo y
que generalmente conocemos la transición.
En Priego,
durante esos dos días, estará, naturalmente, Antonio Carvajal, todavía con su
casi estrenado Premio Nacional de Poesía, concedido el año pasado por su libro
“Un girasol flotante”, en el que, como dijo entonces el jurado, se reconocía no
sólo la calidad intrínseca de la obra galardonada, sino también una trayectoria
excepcional en la moderna literatura española, en la Carvajal ha aportado su
especial sensibilidad para jugar con el lenguaje a través de la musicalidad de
los versos, con una temática esencialmente íntima y naturalista, que busca la
exaltación de todo aquello que tiene que ver con el carácter humano de los
seres (la amistad, el amor, la memoria) y su íntima vinculación con la
naturaleza.
Dos días en
Priego con Antonio Carvajal, con poetas, críticos y escritores, con alumnos
jóvenes (y mayores) que siguen valorando la capacidad vivencial de la poesía,
como elemento esencial de comunicación en este mundo marcado (aparentemente)
por las frías capacidades de la tecnología.
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