jueves, 16 de mayo de 2013

DE CONVENTO CLÁSICO A MUSEO CONTEMPORÁNEO

 

Tal día como hoy, 16 de mayo, pero del año 1562, el papa Pío IV emite una bula pontificia por la que se autoriza al canónigo Marcos de Parada para llevar a cabo la fundación en Huete de un convento de justinianas que llevará el nombre de Jesús y María y en cuyo edificio quedaría instalada una de las más hermosas y sorprendentes portadas existentes en la provincia de Cuenca, para dar acceso a la iglesia conventual.

Una vez recibida la autorización pontificia cuatro religiosas de la orden de San Lorenzo Justiniano, del convento de Cuenca (las populares petras de la Plaza Mayor), pasaron a Huete a llevar adelante la fundación de este convento. La construcción del complejo se prolongó a lo largo de doce años.

            En este conjunto artístico destaca sobremanera la espectacular y hermosa portada,  dividida en dos cuerpos, con cuatro columnas de orden jónico sobre pedestales y adornada con las esculturas de San Pedro y San Pablo (aunque falta una de ellas), dentro de hornacinas con intercolumnios, protegiendo el arco triunfal de la entrada. Tanto las enjutas del arco como el cornisamiento ofrecen gran cantidad de referencias teológicas, cuidadosamente representadas. El material constructivo es la piedra arenisca. Tradicionalmente viene siendo atribuida, sin demasiado fundamento, a Alonso de Berruguete, en lo que ya es un tópico empeñado en mantener vivo un error absurdo: basta caer en la cuenta de que cuando se inician las obras del edificio ya ha muerto el genial artista palentino, para comprender que tal atribución es imposible. 

En 1864 el edificio pasó a ser propiedad del Estado, en aplicación de las leyes desamortizadoras, quedando la gestión a cargo del ayuntamiento de Huete en 1870, para ser utilizado como hospital y asilo. Estas funciones quedaron canceladas definitivamente en 1950, instalándose en su lugar un colegio de primera enseñanza, a cargo de las Hermanas del Sagrado Corazón. El colegio fue cerrado en 1968 y, con él, las puertas del ex-convento, que inició un progresivo deterioro hasta que veinte años después comenzó la obra de restauración, a cargo de una Escuela-Taller que se ocupó sobre todo del claustro, con la consolidación total de la estructura, apertura de arcos, rehabilitación de espacios deteriorados y sustitución del solado. También se derribaron todos los tabiques añadidos a la fábrica original, consiguiendo así recuperar la continuidad del claustro en toda su longitud. En el interior se ha llevado a cabo una cuidadosa labor de recuperación de yesos y maderas, destacando el trabajo realizado en  los artesonados.

            En junio de 2003 se puso en marcha una nueva etapa de restauración, según un proyecto de Luis Priego, centrado en la hermosa portada principal de la iglesia. Tras muchos años de devaneos y teorías en cuanto a su posible utilización cultural, en 2011 se tomó el acuerdo de instalar por parte de la Diputación Provincial, a través de la Fundación Antonio Pérez un museo de fotografía, proyecto que pretende situar en este lugar un museo de carácter nacional de fotografía tanto histórica como contemporánea, con actividades de exposición temporal y otras de formación dirigidas al público en general.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario