viernes, 11 de octubre de 2013

UNA NUEVA LIBRERÍA EN CUENCA


No hace mucho tiempo me lamentaba del cierre de la librería El Cocodrilo, de tan corta como hermosa vida y antes, con más lejanía, también hubo que lamentar la despedida, abrupta y sin avisar, de Almudí, en pleno Carretería y entre ambas desapareció igualmente una librería pequeñita (Croquis), de vida siempre precaria, pero suficiente para mantener un mínimo receptáculo en el que los libros aspiraban a compartir espacio con bolígrafos y mochilas. Son cosas que vamos aceptando con la mansedumbre que inspira a los seres humanos cuando nos enfrentamos a lo que parece inevitable. Pero miren por dónde, de manera inesperada por no decir asombrosa (y podemos decirlo también: inesperada y asombrosa) surge una librería nueva, con título alusivo a lo que ofrece, Libreralia, situada en uno de los fragmentos que dan forma al corazón de Cuenca, en la plaza llamada de la Constitución, aunque no consigue liberarse del título adjudicado por el habla popular (y que no repetiré aquí, para ver si así se va olvidando). Es una librería no muy amplia, lo cual tiene una virtud, porque obliga a sus dueños a seleccionar lo que exponen, a diferencia de esas otras mamotréticas que ponen a la vista miles de títulos, bien apretaditos, e incluso muy altos, a los que resulta difícil llegar, fastidiando, entre unas cosas y otras, a quienes nos gusta tomar el ejemplar, tenerlo en las manos, pasar hojas, leer la solapa y demás maniobras propias de este entretenimiento. Decir que en Cuenca hay una librería nueva es, desde luego, una noticia singular, que rompe, por ahora, la monotonía de lamentos que vamos desgranando continuadamente en torno a las miserias de la actividad cultural.

No hay comentarios:

Publicar un comentario