martes, 14 de junio de 2016

UN VERSO MEJORADO: LIMPIA Y BELLA





            Antes (quizá ahora también) los niños conquenses aprendían de memoria aquello de Alzada en limpia sinrazón altiva / pedestal de crepúsculos soñados que venía a ser como el himno patriótico local. Sin ironías, está claro que Federico Muelas acertó con inspirada imaginación para dar forma a ese soneto de ejemplar estructura poética que sintetiza de forma sonora la realidad física y ontológica de Cuenca.
            Los canteros que han labrado las lápidas situadas a la entrada del nuevo Jardín de los Poetas, o sea, lo que queda de la iglesia de San Gil, no debieron ir a las escuelas en que se aprendían esos versos. No han cometido por ello ningún pecado literario, pero quienes han dirigido y controlado la obra, sí.
            Para honrar a los poetas han querido grabar ese soneto y a quien manejaba el buril se le fue la mano: donde decía limpia ha puesto bella. No se yo si desde el punto de vista estrictamente literario o poético ambos término son coadyuvantes; al menos, sí tienen las mismas sílabas, con la que la sustitución no rompe la estructura rítmica pero seguramente estamos todos de acuerdo en que ninguna mano está legitimada para quitar una palabra y poner otra.

            Así que ya sabemos: a ver cuánto tardan en preparar la nueva placa que sustituya a la que por ahora está profanando el famoso soneto.

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