viernes, 6 de noviembre de 2015

MÚSICA EN LA SALA BABYLON


            Hay en Cuenca un recinto musical ciertamente notable. Envidio a quienes tienen edad, ánimos, entusiasmo y ritmo suficiente para seguir de manera cotidiana las propuestas que hace, con encomiable constancia, la Sala Babylon, que ahora, como dicen sus mensajes, cumple ya trece años. Es un lugar céntrico, en las inmediaciones de la estación del ferrocarril (la antigua, la de siempre, no la del AVE), en el pasaje que se comunica con la calle Hermanos Becerril. Y es un sitio en el que se ofrece música en directo, cosa nada fácil (nunca lo ha sido) en una ciudad como Cuenca, tan limitada para casi todo.
            Pues ahí están, inasequibles al desaliento o a las tempestades, los chicos de la Sala Babylon, que cada fin de semana ponen en escena musical un grupo de los interesantes, los que no están todavía metidos en el montaje comercial de los circuitos controlados por los mercaderes de la música. Por ahí, entre copa y copa, diálogo y afectos, han pasado ya este otoño Maniática+Kuero, El Langui, La Gran orquesta republicana, The Limboos, Leize, Jotand Jota, El Twangero, O’Killeds, que la semana pasada hizo de telonero para la presentación del nuevo grupo conquense Jamargo, una banda en la que están Javi Martínez, Luis, Carlos y Rubén a los que siguió al día siguiente Julio Ródenas y ahora, este mismo sábado, será Ángel Stanich (a 10 y 12 euros) el responsable de animar la noche conquense, a partir de las diez.
            Siempre ha sido muy difícil en Cuenca mantener una actividad musical en directo y continuada. Los de la Babylon llevan ya trece años y los que vendrán detrás, seguro.


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