Periódicamente nos llegan noticias de cómo van avanzando
los trabajos de preparación del yacimiento romano hace años descubierto en las
proximidades de Noheda y que contiene, según se nos dice de manera repetida, el
mosaico de mayores dimensiones conocido en el que fue mundo controlado por el
imperio latino, a ambas orillas del Mediterráneo. El asunto tiene, como es
lógico y comprensible, un evidente interés cultural, artístico, histórico y
todo lo que se quiera decir, pero también, desde luego, turístico, esa palabra
en la que tantos pueblos y ciudades tienen puestas sus esperanzas pensando que,
a falta de pan buenas son tortas, y si no hay industrias que traigan riqueza y
empleo, al menos que haya visitantes consumidores de lo que se pueda encontrar
en cada sitio.
Los voceros oficiales dicen que las obras van a buen
ritmo y confían en que no tardando mucho será posible poder empezar a disfrutar
públicamente de este recurso, cuyo conocimiento hasta ahora ha estado limitado
a un pequeño sector de privilegiados. Según las últimas noticias, ya se ha
colocado la cubierta metálica de protección del yacimiento, que abarca una
superficie total de algo más de mil metros cuadrados. Se trata de una
estructura especialmente diseñada con la intención de que el espacio expositivo
queda totalmente diáfano, sin columnas o pilares que puedan entorpecer la
visión del mosaico que, como es comprensible, adquiere todo su valor si se
puede ver completo y no entorpecido por obstáculos. A ello se añaden otros
detalles de montaje encaminados a proteger la instalación de manera que se
permite la entrada directa de la luz solar pero sin dañar los restos
arqueológicos.
Un detalle que me parece especialmente interesante es que
ha proyectado una serie de pasarelas sujetas a la cubierta, sin puntos de apoyo
en el suelo, de manera que será posible visitar el recinto contemplando el
mosaico en su integridad desde lo alto, sin estorbos ni daños para la obra.
Noticias todas que nos ponen los dientes largos y
alimentan los deseos de que pronto podamos pasar del estado de información al
del conocimiento directo convencido, como estoy, de que la apertura del
yacimiento de Noheda será uno de los grandes acontecimientos culturales de
nuestra época.
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