Lunes, 30 de marzo
No se qué pensaría José Luis Coll si, de estar vivo, hubiera
tenido noticias de que por fín tomaba forma en su tierra, en Cuenca, un museo
del Humor, idea que surgió en su cabeza cuando estaba en plena forma, hace muchísimos
años, y que pregonó entre unos y otros sin conseguir convencer a nadie para que
diera forma a semejante proyecto. Pues como el tiempo todo lo cura y arregla,
he aquí que el ansiado museo ya existe, aunque no en la capital provincial,
donde él pretendía instalarlo, sino en Casasimarro, casi en un extremo de la
provincia y con un responsable de tronío, el comunicador José María Iñigo que,
a la vejez, muestra un extraordinario dinamismo que le hace estar presente en
programas de radio y TV, en tertulias, en lo que haga falta y ahora también en
este museo que patrocina la Diputación provincial.
Por supuesto, no hay nada que oponer a semejante proyecto. En
realidad, yo diría que todos los proyectos son buenos, mientras no se demuestre
lo contrario y este tiene el complemento añadido de que nos invita a mostrar
una sonrisa, seguramente espontánea y sincera, no esas otras risas que nos
provoca la contemplación diaria del espectáculo nacional, singularmente el político.
Para instalar la colección se ha elegido un edificio antiguo, el Convento,
recuperado así para prestar una utilidad bien diferente de la que tuvo en sus
tiempos.
Íñigo, que es un personaje optimista por naturaleza, está
seguro de que el Museo del Humor será un elemento de enorme atractivo para todo
el mundo, que ahora caminará presuroso hacia Casasimarro, además de prometer
que las visitas pueden repetirse porque de manera constante, cada quince días
dice, la colección ofrecerá elementos nuevos, además de otros ingredientes muy
sabrosos, como conferencias mensuales sobre temas relacionados con el humor
ofrecidas por personajes de renombre. Según cuentan las reseñas, a falta de que
pueda ir personalmente a comprobarlo, este nuevo recurso cultural presenta
biografías y retratos de humoristas junto con una muestra muy significativa del
humor gráfico y su desarrollo en España. Por lo pronto, según cuentan, los
casasimarreños están muy satisfechos. Ojalá ese sentimiento se pueda extender
pronto a todo el conjunto provincial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario