lunes, 3 de julio de 2017

DISFRUTANDO CON ESTIVAL CUENCA


            Verdaderamente, es aleccionador, muy aleccionador, el impulso privado que hizo nacer Estival y que lo mantiene, seis años ya, en activo, con una programación en creciente desarrollo, ampliando objetivos, diversificando propuestas. Destaco el hecho de que el proyecto surgiera en un ciudadano que con sus propias fuerzas, imaginación e iniciativas puso en marcha lo que ninguna institución había conseguido: un auténtico festival de verano que traiga a la ciudad de Cuenca, durante unos días, una semana y pico, un variado panorama musical centrado en sugerencias modernas, especialmente en torno al jazz, pero también, como ocurre este año, con aportaciones del flamenco y de la música ética o folklórica. Y que, como digo al principio, va incorporando atractivas sugerencias, como talleres de música para personas con discapacidad, para niños, guías de lectura, una dimensión gastronómica y otra científica, en fin, como digo, un amplísimo panorama que entre el 29 de junio y el 7 de julio impregnan la vida cultural de esta ciudad, sin olvidar la frustrada lectura poética prevista para la mañana del domingo pasado y que se evaporó sin más explicaciones.
            Detrás de todo está Marco Antonio de la Ossa, musicólogo y profesor universitario, inquieto sujeto desde sus años jóvenes (lo sigue siendo, pero ya menos, como es natural), dotado de una capacidad innata para mover voluntades e inventar situaciones de riesgo, pero atractivas, como se demuestra por la amplia respuesta popular a los contenidos de un programa que este año incluye grupos como Trinidad Montero & Juan Antonio Sánchez, The Harto a reir, Pin Pan Pun y Los Cencerros, José Enrique Morente, el grupo flamento de la conquense Virginia García Vicente, Miguel Iroshi, Cristina de la Ossa, Juanfe Pérez, Miguel Olivera Group, Foxy Jam, Jazzodrom, la banda conquense The Teacher’s Band, Rozalén, Anna Jiménez & The Band, el gran grupo folklórico gallego Luar Na lubre precedido por Zas!!candil Folk, Mariola Membrives, Jazz Clazz, Aurora & The Betrayers, Le Petit Swing y Zarandea, a los que se añaden las otras propuestas mencionadas antes.
            Con un considerable esfuerzo personal, Estival Cuenca se está configurando como el auténtico y verdadero festival de verano que Cuenca necesitaba desde hace muchos años, que algunos hemos pedido de manera insistente, creyendo que una iniciativa institucional sería capaz de promover semejante cosa, sin que nunca se haya conseguido, en unos casos por falta de medios y en otros, la mayoría, por falta de ganas. El problema está resuelto mediante un encomiable impulso privado, sorprendente en cierta medida en un lugar en el que casi todo el mundo recurre a lo público como vía para solucionar cualquier tema. En este caso, hay colaboraciones, bastantes colaboraciones, públicas y privadas, la mayoría en especie, pero lo que predomina, por encima de todo, es la voluntad de llevar adelante este propósito y ello merece, desde luego, un cálido apoyo, con la esperanza de que no se tuerza y pueda prolongarse durante mucho tiempo. Falta hace.



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