miércoles, 16 de noviembre de 2016

HAY VIDA MÁS ALLÁ DE LA SEMANA SANTA


Hay vida más allá de la Semana Santa de Cuenca. Ya se que esta afirmación, dicha así, de manera tajante, desconcertará a algunos y quizá incluso (antecedentes hay) provoque alguna reacción sulfurada, porque hay, en esta ciudad, no pocas personas convencidas de lo contrario, o sea, de que sólo existe la Semana Santa de Cuenca y que en torno a ella gira cuanto aquí sucede, como única óptica que aplicar al entorno vital ciudadano.
Se me ocurre semejante reflexión (que, por otra parte, viene de muy atrás) al encontrar en el digital Voces de Cuenca la noticia de la muerte de Dimas Pérez Ramírez, ocurrida el pasado lunes. La información se encabeza con esa noticia, acompañada de la frase “pregonero de la Semana Santa de Cuenca en 1990”. A eso se reduce y así se simplifica la vida del fallecido. No importa su oficio dilatado en el tiempo como archivero diocesano, su dedicación a poner orden y catalogar los infinitos legajos desperdigados que heredó, la manera fructífera en que fue desgranando papeles y poniéndolos a la luz pública, la forma en que facilitó el trabajo a otros investigadores, su incansable tarea  difusora, pronunciando cientos de conferencia, publicando artículos, folletos y libros, sobre la Inquisición, la brujería, el culto diocesano, el arte o su Tarancón natal y tampoco se valora para nada su aplicación docente. Todo ello queda subrogado, en el texto informativo, al hecho, anecdótico, de que fue pregonero de la Semana Santa, como si  no hubiera hecho ninguna otra cosa en la vida. Luego sí, en el texto, se comentan algunos de esos factores, pero yo aquí llamo la atención al titular que, de entre una fecunda y variada biografía, elige como dato representativo ese que estoy citando.
Hace ya algún tiempo que algunas voces, tímidas, prudentes, para no enfadar a nadie, vienen señalando la conveniencia de que esta ciudad se libere de la presión que la estructura de la Semana Santa viene ejerciendo sobre el conjunto de la ciudadanía, como si no hubiera otra cosa a la que referirnos ni que pudiera representar un impulso para movilizar el apagado estilo de vida que va impregnando la cotidianeidad conquense. Debería haber más voces uniéndose a ellas hasta formar un coro armónico que se pueda dejar oír y sirva para cambiar la trayectoria de un rumbo que solo conduce a un horizonte cerrado sobre sí mismo.

Hay vida más allá de la Semana Santa. Como hay, en la figura del fallecido Dimas Pérez Ramírez, una densa biografía personal y profesional, con datos suficientes para ilustrarla y que le sirve, ahora, en el momento del tránsito vital, para irse acompañado del respeto, el afecto y la consideración que supo ganarse en vida. Y que le llevó al seno de la Real Academia Conquense de Artes y Letras, de la que fue uno de sus fundadores y por eso traigo aquí esta imagen, compartiendo mesa y tertulia con Carlos de la Rica.

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