A destiempo, al regreso a Cuenca después de una estancia
fuera, me encuentro la noticia de la muerte de Manuel Gutiérrez Tuñón. En
realidad, no lo estoy diciendo correctamente, porque noticia, como tal, no la
ha habido. Pasó a la historia el tiempo en que los fallecimientos, las pérdidas
de seres humanos, de relevancia o de discreta vida, encontraban eco en los
medios informativos. Ahora esa es una sección inexistente para los digitales,
cuya única vía alimenticia es la de los gabinetes de prensa, por lo que no
prestan atención alguna a la desaparición de personas que debieran merecer cierta
atención pública, la que corresponde a quien durante muchos años ejerció una
función de servicio a ala colectividad. Eso es lo que debería haber sucedido
con Manuel Gutiérrez Tuñón a quien desde la distancia del tiempo (falleció en
el mes de septiembre) deseo al menos ofrecer aquí un mínimo recuerdo.
Había
nacido en Cela, en la provincia de León y llegó a Cuenca en 1977, como
catedrático de Lengua y Literatura españolas en el instituto Alfonso VIII, en
el que impartió la docencia además de ocupar puestos directivos, que en 1982 se
ampliaron con su nombramiento como director de la sede de la UNED, un centro
que él se preocupó seriamente (era una persona muy seria, con irónico sentido
del humor) de proyectar, ampliar y mejorar, consiguiendo la dotación de nuevos
estudios y una más adecuada instalación física, en el edificio que había sido
proyectado para hospital provincial, en la calle Colón y que desde entonces fue
la sede de la Universidad a Distancia en Cuenca, que dirigió hasta el curso
2005-2006.
Publicó numerosos artículos sobre las variantes dialectales utilizada en
su tierra natal, El Bierzo, analizando las relaciones idiomáticas con el gallego
y el castellano, además de un valioso diccionario de castellano antiguo, muy
valorado por los especialistas. Ya no volveremos a encontrarnos con él,
paseando pacíficamente por Carretería ni tendremos oportunidad de oír algunos
de sus cáusticos comentarios sobre lo que pasa en este mundo y la forma que
tenemos de contarlo.
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