miércoles, 29 de marzo de 2017

COMPAÑEROS DE CAMA



Aunque algunos comentaristas de orientación marxista pretenden atribuir a Groucho Marx la frase “La política hace extraños compañeros de cama”, lo que realmente dijo este impagable Marx fue: “No es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio”. Aquella otra frase, la que figura en el título de este comentario, se debe a otro memorable humorista de nuestro tiempo, Winston Churchill quien, con su habitual cinismo irónico dijo, en buen inglés: “Politics makes strange bedfellows”, o sea, lo ya sabido y escrito al inicio: “La política hace extraños compañeros de cama”, frase que entre nosotros popularizó Manuel Fraga Iribarna, al comienzo de la democracia, para explicar (y quizá justificar) algunos cambalaches que se estaban gestando.
No soy nada original al recurrir a esa frase, ya tópica, para resumir el sorprendente emparejamiento producido entre el Partido Popular y Podemos, que es como intentar mezclar agua y aceite, animados ambos por el encomiable afán de llevar la contraria al PSOE y de esa forma contribuir a desmantelar el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, situado en Cuenca, y de paso arrastrar a otras iniciativas y actividades menores pero también pendientes de financiación por parte de la fundación Impulsa, que se encarga de canalizar los dineros regionales encaminados hacia la cultura.

Lo curioso es que, en el fondo, probablemente ambos grupos opositores llevan razón porque lo que late en la iniciativa que han emprendido es la voluntad de que la Junta de Comunidades renuncie a la disparata política de externalizar servicios en vez de gestionarlos por sí misma. Como sabemos, eso viene ocurriendo en todas las administraciones públicas desde que en este país se consagró la falacia de que, a través de fundaciones, las cosas se gestionan mejor y es más barato, mentiras cochinas las dos cosas, como ahora se está comprobando, lo que anima a los mismos profetas de entonces a retroceder de aquellos planteamientos para volver a recuperar para la administración las competencias de las que se habían desprendido.

Eso es lícito y comprensible. Naturalmente extraña que el PP, cuatro años gobernando la región, no se planteara entonces llevar a cabo esa recuperación de competencias culturales y lo haga ahora, de manera impulsiva, cuando está en la oposición. De Podemos no sorprende nada: cualquier cosa es posible en su errático deambular por los vericuetos de la democracia y aún veremos cosas mayores.

Lo inadecuado e impresentable es que esta actuación se haya hecho de forma ejecutiva, ahora mismo y ya, desmantelando el Museo de las Ciencias y poniendo en riesgo de desaparición otras actividades. Lo razonable y democrático hubiera sido promover un cambio de tendencia, anular de manera paulatina la fundación Impulsa y trasladar a la consejería de Cultura las competencias y el dinero. No ha sido ese el camino sino que, además, y de forma absolutamente insensata, se suprime la partida destinada a financiar el Museo para llevar a potenciar la estructura deportiva de Talavera de la Reina. Nunca ha sido buena política vestir a un santo desnudando a otro y quienes hacen eso (PP y Podemos)  demuestran muy poca habilidad política.


Por cierto: maravillosa y ejemplarizante la forma dócil y rastrera en que los conquenses miembros de ambos partidos siguen las directrices de sus respectivas cúpulas. No importa que Cuenca salga perdiendo. Lo importante es lamer el culo a sus líderes, hagan lo que hagan, para así seguir mejor conservando el sillón y el coche oficial.

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