He tenido la
oportunidad de participar en una buena idea. La idea hubiera sigo igualmente
buena aún sin contar conmigo, pero como me invitaron a formar parte de ella, lo
digo. La invención se llama “Ruta Barroca” y lleva un subtítulo explicativo: “Música
y Arquitectura”. Es uno de los actos paralelos inscritos en el programa de la
Semana de Música Religiosa, que este año cumple su edición número 56 y que se
está desarrollando con toda normalidad, a pesar de los agoreros que preveían
los males del infierno a causa de las dificultades surgidas en la transición
entre el grupo directivo cesado y el que ha llegado nuevo.
La idea consiste en
recorrer una serie de iglesias marcadas por el periodo barroco y singularmente
por la activísima presencia del gran José Martín de Aldehuela. La ruta barroca,
gratuita para los asistentes, dicho sea de paso, se inició el miércoles en la
iglesia de la Virgen de la Luz, continuó con la capilla del Hospital de
Santiago (donde hice yo la oportuna explicación) y concluyó ese día en la
iglesia del monasterio de la Concepción franciscana, en la Puerta de Valencia. En
cada caso había una intervención sobre las características históricas y artísticas
del edificio elegido y un breve concierto con obras de Haendel, los dos
primeros con intervenciones vocales y el último exclusivamente musical. Por
cierto, las tres interpretaciones, magníficas.
Un amistoso grupo
formado por unas cincuenta personas participó animosamente en la excursión
urbana, caminando por las calles de Cuenca de edificio en edificio, una
experiencia que considero ha sido del máximo interés. En el grupo había por lo
menos tres ciudadanos de Cuenca, cifra considerable si tenemos en cuenta la
apretada agenda que los conquenses tenemos esos días, entre procesiones,
preparativos para las procesiones, visita a las terrazas de los bares, paseos
por los centros comerciales y otras actividades similares. Que tres personas
tengan interés por visitar los edificios monumentales de su ciudad es verdaderamente
un caso muy meritorio.
(La foto primera corresponde
a la pequeña pero hermosísima iglesia del Hospital de Santiago. La segunda, de Santiago Torralba, al grupo de músicos que actuó en el concierto).
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