domingo, 4 de diciembre de 2016

ALBORNOZ VUELVE A SER CONQUENSE


Hace algunos meses publiqué aquí una nota-comentario sobre la curiosa actitud de Wikipedia que en su biografía del cardenal Albornoz le hacía nacido en Carrascosa del Campo, atribución que yo intenté corregir informando a la famosa y popular enciclopedia de su error y pidiéndole el necesario cambio en el texto, a lo que se negaron de manera firme, convencidos de que ellos tenían razón, por más que les aporté suficientes referencias bibliográficas para demostrar lo contrario. Terminé aquella relación con Wikipedia de manera un tanto airada. Ahora, el escritor albaceteño Amador Palacios, correspondiente en la capital manchega de la Real Academia de Artes y Letras, lo ha intentado también, con mejor suerte, pues ha conseguido convencer a quienes conmigo fueron duros de mollera y ya en la enciclopedia on-line las cosas son como debían haber sido siempre: han devuelto la paternidad del cardenal Gil de Albornoz a la ciudad de Cuenca. Albricias.
Ya que hablo de Amador Palacios y del cardenal conquense, recomiendo calurosamente la lectura de un bello texto publicado por él en el ABC Cultural, el 23 de noviembre pasado, en el que traza un recorrido sentimental por las calles de Bolonia, la ciudad que Albornoz eligió para implantar en ella el célebre Colegio Real de España o de San Clemente de los Españoles, el más antiguo colegio mayor de Europa, aún en funcionamiento, del que incluyo aquí una bonita imagen. De aquel artículo extraigo un fragmento muy ilustrativo:
“Bolonia es un bello conglomerado de hermosos edificios y atractivas perspectivas urbanas. El ambiente universitario es su más consistente emblema. La pueblan incontables y vistosos pórticos. El más largo del mundo, con casi cuatro kilómetros de extensión y 666 arcos, parte de la Puerta de Zaragoza y asciende al Santuario de la Madonna di San Luca. El turista puede disfrutar unos días gozando de los monumentos, de los parques, del café Terzi, del trazado de un conjunto idóneo, ni grande ni chico, de unos 400.000 habitantes. Como en toda Italia, uno se puede hartar de pasta. La trattoria O Sole Mio, en Via Castiglione, céntrica mas discretamente alejada del bullicio, es muy recomendable. Una buena señal es que allí acuden genuinos boloñeses que ¡no piden pasta! Yo pude contemplar, pues viajé antes del 13 de noviembre, una muy seductora exposición en el MAMbo (Museo d’Arte Moderna di Bologna) en torno a la figura del recientemente desaparecido David Bowie: «David Bowie Is»”.
Bolonia debería estar, con toda razón y justicia, hermanada con Cuenca porque el lazo que une a ambas ciudades es tan firme como indiscutible pero claro, el Ayuntamiento de Cuenca no está por relaciones tan exquisitas. Es mejor hermanarse de la forma que se ha hecho últimamente.
Qué cosas pasan en esta ciudad…


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