Corre por ahí una curiosa iniciativa,
encaminada a celebrar en Cuenca, en el mes de febrero de 2017, un congreso
destinado a fomentar el turismo de cine en la provincia conquense. Según las
primeras (y confusas) noticias que se han ido filtrando por los gabinetes de
prensa oficiales, detrás se encuentra, como impulsor o promotor, un británico
residente en España (en Valencia, concretamente), Bob Yareham que, por ahora,
bien él o alguno de sus colaboradores, van peregrinando por los despachos
administrativos buscando apoyo y financiación. La Junta de Comunidades ya ha
dicho que el proyecto le interesa, porque coincide con sus propios planes
encaminados a fomentar el turismo cinematográfico en la región, con la
intención de atraer a productores que estén dispuestos a invertir en
localizaciones situadas en espacios geográficos o monumentales de la provincia.
Y justamente ahí, al conocer esas declaraciones, es cuando uno empieza a quedar
ligeramente desconcertado por no saber interpretar bien esos dos conceptos,
cine y turismo, que aquí aparecen entrelazados como si fueran una misma cosa.
Porque una cosa es un rodaje
cinematográfico, sobre lo que no parece necesario insistir o dar explicaciones,
ya que es algo al alcance del entendimiento de la mayoría. Desde ese punto de
vista se trata, imagino, de facilitar que hasta aquí vengan equipos técnicos y
artísticos, a partir de un guión ya escrito, con un director que encabezaría la
troupe y un montón de gente dispuesta a rodar minutos y minutos, suficiente
para luego sacar una película en la que, sigo especulando, el paisaje y los
pueblos de Cuenca ocuparían un lugar destacado.
Pero el turismo es otra cosa. Los
turistas no viajan para hacer películas sino, en todo caso, para verlas, en
festivales, semanas, ciclos o lo que quiera que los organizadores se inventen. Incluso
hay actividades consistentes en hacer turismo por una ciudad o provincia,
visitando lugares en que se rodaron escenas de películas.
Convendría saber a qué se refieren
los que hablan de estas cosas. Quizá lo sepa el promotor que va por ahí
vendiendo la idea, el ya citado Bob Yareham (que es el señor de la foto), autor
de un libro que parece importante, Movies
made in Spain, en el que recoge un total de 720 películas de habla inglesa
rodadas en territorio español y que relaciona no solo los lugares filmados,
sino también dónde se alojaron o comieron los actores, qué monumentos aparecen
en las películas y otros detalles similares.
En
cualquier caso, una idea más. El tiempo nos dirá si crece o se esfuma como
tantas otras.
Hola José Luis
ResponderEliminarhe leído la nota en tu Blog y quisiera aclarar que el turismo de cine, que
es muy popular en países como Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y que
en inglés se llama Set-Jetting, consiste en visitar localizaciones de
películas ya hechos para ver donde se rodaron.
Así que si te gustó El Cid, puedes visitar el castillo de Belmonte, si a
Conan, la Ciudad Encantada, o si a Alatriste, el Monasterio de Uclés.
El 4 de febrero en el Parador de Cuenca lo explicaremos todo y estás
invitado.
Si puedo aclarar algo más, no dudes en escribirme.
bobyareham@gmail.com
Un saludo
Bob Yareham.