En el negocio turístico es esencial saber (entender,
hablar) inglés, el idioma universal, el que se va imponiendo pasito a paso a
todos los demás. Esta es una de las grandes deficiencias de la industria turística
en Cuenca, como podemos comprobar de manera repetida, viendo a los camareros
entendiéndose por señas con los clientes forasteros. Pero ya no solo el inglés
conviene tener a mano para desenvolverse bien en este delicado mundo de
visitantes, turistas y demás. Veamos, si no, la iniciativa de un conocido
restaurante, El Secreto, situado en la calle Alfonso VIII, en la subida a la
parte alta de Cuenca. Inteligente, sin duda, ese cartelón que incorpora a las
ofertas gastronómicas los símbolos orientales asequibles al creciente número de
turistas del país nipón que llegan a vernos. Así se dan facilidades y, de paso,
se incorpora un toque de modernidad y aggiornamiento a la oferta gastronómica
local.
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